viernes, 18 de junio de 2010

EL COMIENZO DE ALGO NUEVO



En ocasiones no nos damos cuenta de las cosas que pasan a nuestro alrededor y quizás ese sea el caso de los habitantes de la Ciudad de México. No de todos, pero sí de algunos. Se viene trabajando en un proyecto para fomentar el uso de sistemas de naturalización e implementación de “azoteas verdes”.

Desde hace dos años el gobierno ha creado más de 8,700 metros cuadrados de naturalización de azoteas, a lo cual se le ha asignado un presupuesto de más de nueve millones de pesos. Los beneficios de contar con una azotea verde son diversos: el valor del inmueble puede llegar a subir hasta un 15 por ciento, produce oxígeno y consume el dióxido de carbono. Por otro lado, se retienen contaminantes y se limpia el aire.

Estos microsistemas ofrecen un hábitat a insectos, lagartijas y aves. Además, está comprobado que estas áreas verdes tienen una función terapéutica, y por ello se están implementando azoteas verdes en hospitales y clínicas, debido a que el contacto con la naturaleza es relajante, algo que ayuda a incrementar la salud emocional de las personas.

Estos espacios verdes retienen el agua de lluvia, que después se libera lentamente por medio del drenado o por evaporación, evitando que se sature el sistema de drenaje. Además, el costo de mantenimiento del lugar disminuye debido a que no se tiene que impermeabilizar, se utiliza menos calefacción y aire acondicionado ya que estos sistemas mejoran el comportamiento térmico del lugar. También ayudan a disminuir el ruido.

Alrededor del mundo se están implementando estos espacios que contribuyen a la mejora estética de una ciudad. Ayuda a combatir la contaminación y el dióxido de carbono, que sin duda hace daño. A nadie nos gusta traer los ojos llorosos, como resultado de contaminantes en al aire.
Si consiguiéramos extender la naturaleza a nuestras casas y ciudades bien es cierto que nuestra calidad de vida aumentaría. Establecer una relación efectiva naturaleza-medio urbano es algo muy complicado de conseguir, pues la mayoría de las veces se crean espacios artificiales que finalmente no alcanzan los objetivos terapéuticos antes mencionados.

Ideas como las de Ciudad de México, sean o no efectivas, impulsan otras nuevas, quizá mejores. Mientras tanto, no estaría mal colocar una planta en nuestras vidas, puede que sea ella la que al final nos inspire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario